Esta
iniciativa de autorregulación por parte de EPL, pretende anticiparse y quizás
evitar que se establezcan normas más duras, de la mano de un eventual regulador
independiente, una posibilidad que había anunciado el
Gobierno británico, después de la cadena de concursos de acreedores presentadas por clubes
ingleses a lo largo de los últimos años y de las multas impuestas, recientemente, a
equipos como el Everton y el Nottingham Forest por saltarse las reglas
de control financiero.
Sujeto a su aprobación definitiva en
la Junta General de Accionistas de la Premier League que va a tener lugar el próximo
mes de junio, el gasto máximo en salarios, amortizaciones de derechos de traspaso y comisiones de agentes, para todos los equipos de esta competición, se vería limitado a un importe máximo de cinco veces
los ingresos totales, por derechos de TV y Competiciones, percibidos por el club con menor facturación por estos
conceptos, que la temporada pasada fue el Southampton, con £ 100,3 m.
En el fútbol inglés, a
diferencia de lo que ocurre en los deportes de equipo de EEUU, los derechos de comercialización de televisión no se distribuyen por igual, en su totalidad, entre todos los clubes, sino únicamente
el 50% de los mismos, en tanto que otro 25% se reparte por méritos deportivos, en función de la
posición conseguida por cada equipo en la clasificación final del campeonato y
el resto va a los equipos que participan en los partidos televisados.
Esto hace que los equipos en lo más bajo de la tabla no solo reciban menos
dinero por competiciones, sino también por derechos de retransmisión. Así, el
equipo que más recibe por derechos de televisión obtiene 1,8 veces la cifra del
menos beneficiado por este sistema.
Algunos analistas ven en la
medida propuesta un intento de los clubes pequeños y medianos de la Premier
League para frenar el creciente desequilibrio, en términos de competitividad, frente
a los clubes que forman los denominados Big Six: Arsenal, Chelsea, Liverpool, Manchester
City, Manchester United, y Tottenham Hotspur.
En una reunión reciente, mantenida en
Londres, tanto el Manchester United, como el Manchester City y el Aston Villa
votaron en contra del nuevo sistema propuesto, denominado de “anclaje”,
mientras que el Chelsea se abstuvo, si bien, con 16 clubs a favor, es de
esperar que las nuevas normas se aprueben al terminar esta temporada.
Aunque está pendiente de
determinar la fórmula definitiva, se espera que las nuevas reglas “anclen” el
gasto de todos los clubes en el quíntuplo de los ingresos mencionados del más
pequeño, en el entorno de una cifra de £ 500m.
Los clubs tienen aún pendiente de
acordar si los nuevos límites afectarán a la totalidad de sus gastos de
personal o exclusivamente a los de la plantilla deportiva.
Incluyendo los £ 52 m de
comisiones pagadas a agentes, el Manchester City tuvo el mayor gasto salarial de la Premier League la temporada pasada, con un desembolso total de
cerca de £ 620 m, es decir seis veces los ingresos del Southampton.
Los dos clubes de Manchester
están ejerciendo presión para subir el límite de gasto propuesto, mientras que
la Premier League encargará un análisis legal detallado para asegurar que las
nuevas restricciones de gasto no puedan ser puestas en cuestión ante los
tribunales de acuerdo a los términos de la ley que actualmente regula la
competición.
Mientras, la Asociación Profesional de Futbolistas, que está siguiendo de cerca los
acontecimientos, haya anunciado que se opondrá de plano a cualquier “límite
duro” sobre los salarios de los jugadores, si bien la Premier League puede
argumentar, al respecto, que el límite propuesto es sobre el conjunto del
gasto salarial y no específicamente sobre la retribución de los jugadores, aparte del
hecho de que su importe puede aumentar anualmente, en línea con la esperada
mejora de los ingresos de todos los clubes, incluidos los modestos.
La Premier League ya había acordado recientemente sustituir las normas de Beneficio y Sostenibilidad financiera, introduciendo un control sobre el coste de plantilla que limita el gasto en salarios de jugadores, amortizaciones de derechos de traspaso y comisiones de agentes, a un máximo del 70% de los ingresos totales para los equipos que participen en competiciones europeas y del 85% para todos los demás, una restricción que a la que se unirá la del “anclaje duro”, el cual está apoyado de forma general por aquellos equipos que temen el creciente poder de los clubes más ricos y de los “clubes estado”, que como el City, están apoyados financieramente por fondos soberanos.
Una medida de este tipo, contará
probablemente con la simpatía no solo de los aficionados y propietarios de los
clubes más modestos, sino también con la de los inversores norteamericanos que
han comprado clubes ingleses en los últimos años, ya que acercará las
reglas que rigen el “negocio" del fútbol en Inglaterra, a las de los deportes de equipo en EEUU y, en el medio plazo, permitiría reducir las pérdidas y la desigualdad competitiva entre equipos ricos y modestos que prevalece actualmente dentro de la Premier. League
La otra cara de la moneda es que
los clubes de la más importante competición futbolística del Reino Unido verán
reducida su capacidad de atraer y acaparar a algunos de los mejores jugadores
del mundo, a golpe de talonario, como han venido haciendo en años recientes, lo que puede redundar, igualmente, en beneficio de la capacidad competitiva de las
otras cuatro grandes ligas europeas. Will see.
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