¿Por qué Falcao terminó en el Mónaco?

Cuando jugaba para el Porto, el grupo Doyen Sports, un fondo de inversión en futbolistas con sede en Malta,  compró el 55% de los derechos de traspaso de Falcao y complementó el salario que recibía del club portugués,  la mayor parte de cuya plantilla era ya propiedad del mencionado entramado financiero, controlado por Jorge Mendes, el agente de Mourinho, Pepe o Cristiano Ronaldo, y por Peter Kenyon , expresidente del Chelsea. El objetivo de Doyen era realizar una importante plusvalía con la venta del jugador, tras haber puesto los medios para que aumentara su cotización en el mercado.

Para ello,  Doyen lo traspasó al Atlético de Madrid donde esperaba que  consiguiera la necesaria notoriedad, con el objetivo, dicen algunos,  de poder venderlo finalmente al Real Madrid. Al igual que cuando jugaba en el Porto, Doyen pagaba una buena parte del salario de Falcao, mientras que ponía en marcha las negociaciones para encontrar un comprador que estuviera dispuesto a pagar la cifra que se había marcado para rentabilizar su inversión en el jugador.

Sin embargo, dicen algunos, que la mala situación financiera del Atlético obligó a Doyen  a poner más dinero del previsto, para que el equipo madrileño pudiera mantenerse a flote mientras Falcao militaba en sus filas, aumentando la preocupación de que la operación acabara en pérdidas porque ningún comprador pudiera pagar finalmente todo lo que ya llevaban invertido en el jugador.

Falcao había sido adquirido por el Atlético por 40 millones de euros, a pesar de que el  club colchonero había anunciado al final de la temporada anterior que debería vender a sus figuras y no podría realizar fichajes importantes de jugadores,  debido a la obligación de usar el dinero obtenido para reducir su deuda con la Agencia Tributaria  española,  que ascendía a más de 200 millones de euros. El Atléti únicamente fue capaz de hacer efectivos 2,5  de los 18 millones que debía abonar al Porto - los otros 22 millones eran la parte de Doyen- lo que llevó al equipo portugués a amenazar con demandar al Atlético de Madrid ante la FIFA.

Finalmente, parece que cuando Falcao fue vendido al Mónaco, Doyen poseía ya, como mínimo,  el 60% de los derechos de traspaso del jugador  y era dicha empresa y no el club madrileño, que apenas había puesto dinero por elfutbolista,  quien  iba a decidir sobre el futuro del mismo, a pesar de las declaraciones realizadas por Enrqiue Cerezo en sentido contrario.

Con un salario de 10 millones de euros al año, y la necesidad de Doyen Sports de vender al jugador por una cifra no inferior a  60 millones de euros,  si quería ganar dinero en la operación, la lista de posibles compradores, basada en su capacidad financiera, se reducía al PSG, Mónaco, Real Madrid, Chelsea y Manchester City, todos ellos reconocidos por su falta de timidez a la hora de pagar fichajes millonarios.
Sin embargo, los dos clubes ingleses quedaron rápidamente  excluidos , a pesar de que Chelsea estaba dispuesto a pagar los 60 millones que pedía Doyen, debido a que la legislación de su país no permite la compra de jugadores a inversores financieros. Entretanto, el PSG ya había completado su delantera y el Real Madrid no estaba dispuesto a aceptar el precio del traspaso,  más una cesión de 50 millones euros en de derechos de imagen que incluía también la compra del jugador.

Al final , quedaba únicamente un sólo candidato, el Mónaco,  capaz de pagar 60 millones por la compra del jugador y 10 millones de sueldo al año, en parte gracias, esto último, a que en el principado no existe el impuesto sobre la renta,  por lo que el club no tendría que complementar esta cifra para que el jugador percibiera los 10 millones netos - en España esto podría significar otros 4,5 millones de euros de coste al año para el club que lo hubiera fichado -.

De la cifra de dicho traspaso poco habrá terminado en las arcas del Atlético ya que de los 60 millones, una cifra no inferior a 36 le correspondían a Doyen Sports por su 60%. Otra parte, que desconocemos,  pero que calculamos podría ascender a una cifra de entre 10 y 15 millones, sería la deuda aún pendiente con el Porto y la cifra restante es probable que haya sido destinada a reducir la deuda con Hacienda, en cumplimiento de los acuerdos que obligan al club a dedicar una parte sustancial de la venta de sus jugadores a dicho propósito.

Si el jugador hubiera sido propiedad del Atlético de Madrid,  es muy improbable que le hubiera dejado marchar,  con la consiguiente decepción para los aficionados, después de su magnífico rendimiento, que permitió al equipo ganar la Copa del Rey y clasificarse para disputar la Champions, después de terminar tercero en el campeonato de Liga.

Si le hubieran preguntado al jugador en que equipo hubiera preferido jugar para seguir brillando al nivel alcanzado,  no creemos que su primera, ni segunda, opción hubiera sido la del club monegasco, una entidad sin palmarés futbolístico cuyo aspecto más relevante parece ser la fortuna de su propietario y la evidente calidad de los jugadores que ésta le ha permitido contratar .



Comentarios