¿Ha sido realmente una mala operación para el FC Barcelona el traspaso de Villa al Atlético de Madrid por 2,1 millones de euros, más la posibilidad de recibir otros 3 si el jugador sigue jugando en el equipo colchonero en la temporada 2015/16, aparte de retener el derecho de percibir el 50% de un posible traspaso?. Nosotros creemos que no y que tiene pleno sentido económico para el club catalán, dadas las circunstancias.
Veamos. El Barça contrató a Villa en Julio de 2010 por cuatro temporadas, con la posibilidad de extender su permanencia un año más, lo que significa que su vinculación con el club terminaba en el verano del 2014, momento en el que el Villa podría marcharse sin que el Barça tuviera derecho a cobrar ni un euro, lo que significa que la ventana para traspasar a Villa y recibir algo por él se cerraba este año.
En segundo lugar, el contrato de Villa estipulaba que en la temporada 2013/14, que ahora empieza, en caso de seguir en el club, su sueldo bruto pasaría a ser de 11 millones de euros, frente a los 8,5 que al parecer habría recibido la temporada pasada.
En estas circunstancias, que Villa hubiera seguido perteneciendo al equipo le habría significado al Barça un coste total no inferior a 21 millones de euros, ya que a su sueldo hay que añadir los 10 millones pendientes de amortizar de los 40 pagados en su día por la compra del jugador al Valencia FC.
Por contra, con la operación cerrada con el Atlético de Madrid, el Barça mejorará en 13, 1 millones su cuenta de resultados de la próxima temporada, ya que se ahorrará todo el sueldo de Villa y, además, recibirá 2,1 millones, como mínimo,del Atlético, por lo que también contará con 13,1 millones más de tesorería que si lo hubiera mantenido en plantilla.
Si, como deseamos, David Villa tiene un buen rendimiento en el Atlético, y sigue jugando en el equipo de la ribera del Manzanares las temporadas 2014/15 y 2015/16, el Barça podrá recibir otros 3 millones, además del 50% de un eventual traspaso a otro equipo, reduciendo con ello la pérdida de 7,9 millones que contabilizará esta temporada en sus libros por la operación.
Obviamente, la situación ideal para el Barça, desde un punto de vista económico, hubiera sido poder vender al jugador por una cifra no inferior a los 10 millones para no contabilizar ninguna pérdida. Sin embargo, en ausencia de la anterior, la opción elegida, en nuestra opinión, está plenamente justificada y parece la más lógica para las finanzas del club.
En el libro 'Barça y Real Madrid: Compitiendo por liderar el negocio del fútbol' ya analizamos el efecto perverso que puede tener sobre la tesorería de un club el no traspasar a un jugador, cuyo valor de mercado se encuentra por debajo de su valor en libros, únicamente para evitar registrar la correspondiente pérdida en la cuenta de resultados. Una práctica que, desgraciadamente, no es exclusiva del mundo del fútbol.
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