
Es tan interesante la evolución de este equipo, que recomendaría su análisis a los directivos y expertos que afirman que el fútbol español está condenado inexorablemente a la bancarrota, como resultado de las diferencias económicas insalvables entre Real Madrid y Barcelona y el resto.
El Borussia Dortmund es el único equipo alemán que cotiza en Bolsa, aunque no reside en ello el secreto de su éxito ya que si bien su salida al parqué de Frankfurt, a finales del 2000, le permitió financiar los 50 millones de euros que costaron Amoroso, Koller y Rosicky y, con ello, alzarse con la Bundesliga en la temporada siguiente, el esfuerzo financiero realizado le pasó luego factura y cayó en una espiral de decadencia económica y falta de títulos que duró una década.
Hoy en día, sin embargo, el estadio del Borussia Dortmund es el que presenta la mayor afluencia de seguidores por partido de todos los de Europa, con una afición que se encuentra totalmente entregada, después de que su equipo se alzara con dos Bundesligas consecutivas, en las temporadas 2010/11 y 2011/12, y haya quedado segundo en la actual, habiendo duplicado sus ingresos en dos años y pasado de las pérdidas, a unos resultados después de impuestos de casi 28 millones de euros en la última temporada
Sin embargo, la cifra que más llama la atención de este renacido Borussia Dortmund, es el importe neto invertido en jugadores, es decir, lo ingresado menos lo gastado, a lo largo de los últimos tres años, y que ha ascendido únicamente a un millón de euros. Una cifra ridícula para cualquier equipo de fútbol europeo de primera que se precie, y a años luz de los más de 200 millones que se han gastado equipos como el Manchester City, el PSG o el Chelsea, durante el mismo período, o los 120 del Bayern de Münich, al que se enfrenta esta noche.
Y es que una de las claves de esta ‘Revolución Borussiana’, diseñada por la directiva del club y ejecutada con maestría y disciplina por su carismático y joven entrenador, Jürgen Klopp , ha sido la de dejar de hacer lo que hacen todos los demás equipos y apostar decididamente por la creación de una sólida cantera , formando a sus propias estrellas en la que se considera ya una de las mejores escuelas de futbolistas de Europa.
A diferencia del Barça, que desde hace años destaca igualmente por su decidida apuesta por el fútbol base, el Borussia parece haber encontrado la fórmula para gestionar con éxito el resultado de la actividad neta de traspaso de jugadores, donde el equipo catalán tiene recorrido de mejora, como Josep María Huch y yo poníamos de manifiesto en nuestro libro Barça y Real Madrid: Compitiendo por liderar el negocio del fútbol.
Estos logros y, sobre todo, esta nueva forma de enfocar la gestión de un equipo fútbol, no se verán ni mucho menos empañados si el Borussia Dormund no gana la final de la Champions de hoy, particularmente teniendo enfrente a un rival tan formidable como el Bayern de Münich, pero el negocio del fútbol europeo podría verse beneficiado por las implicaciones de su victoria, al confirmar aún más que en el fútbol también existen alternativas al pensamiento único y que no todo está en manos de los equipos grandes. Por eso voy con el Borussia Dormund.
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